Charm

Charm

A los 25 años, Claire Cottrill ya es una de las figuras más fascinantemente camaleónicas del pop. Con su talento como compositora y una voz íntima y singular como únicas constantes, su visión musical nace de una inquietud creativa en constante ebullición. Después del bedroom pop de sus primeros singles, el indie rock majestuoso de Immunity en 2019 y su inesperado salto al folk monástico con Sling dos años después, el pop de cámara barroco y las inflexiones soul de Charm anuncian la tercera revelación consecutiva de una discografía prodigiosa. “Para mí es fundamental probar algo nuevo con cada disco, ponerme un poco a prueba”, explicaba a Matt Wilkinson de Apple Music durante una extensa conversación sobre el álbum. “Había perdido contacto con una parte de mí misma, de mi feminidad, con la que he reconectado y de la que ahora me siento más cerca”. En Charm, Cottrill vuelve a trabajar junto a un productor con universo estético propio. Si Rostam Batmanglij fue responsable de los destellos de color de Immunity y Sling lleva el sello de Jack Antonoff, estas once canciones reflejan la irresistible calidez del fundador de Sharon Jones & The Dap-Kings y arquitecto sonoro Leon Michels. En compañía de varios habituales de Daptone y el visionario del jazz y el rock experimental Marco Benevento, Michels ha creado el entorno perfecto para las canciones nostálgicas y deliciosamente tambaleantes de Cottrill. “Conocer a Leon Michels me cambió la vida por completo. Y es algo que pasó como parte de mi vida, no necesariamente porque estuviera buscando a alguien”, recuerda. “Era muy fan suya, me puse en contacto con él y descubrí que vivíamos más cerca de lo que pensaba. Empecé a ir a su casa y nos pusimos a hacer música juntos. Todo fue espontáneo, lo que me parece algo muy saludable. Ni lo habíamos planeado ni teníamos ninguna obligación de hacerlo. Fue genial, una dirección completamente diferente, fresca y nueva. Mereció la pena toda la energía que le dediqué”. Las maderas revolotean sobre esponjosos colchones de sintetizadores en “Slow Dance” y el soul ardiente de “Juna” se extiende en pequeñas espirales psicodélicas. Más allá, “Echo” evoca el zumbido electroacústico del legendario dúo británico Broadcast. “Fue una de las últimas canciones que hicimos para el disco”, dice Cottrill. “Habla de estar enamorada de alguien, pero desde un punto de vista oscuro y temperamental. Da miedo, y eso es algo a lo que no estoy acostumbrada en mis canciones”. El corazón del álbum es la voz de Cotrill, que captura con cercanía la contradicción entre el deseo y la incertidumbre que lo recorre de principio a fin. Aquí, nos habla de ocho aspectos clave de Charm. Quería explorar la “zona gris” que se abre cuando alguien te seduce. “Me gustaba mucho la idea de la zona gris que se abre y el atolondramiento que sienten dos personas cuando se seducen mutuamente, que suele pasar cuando apenas se conocen, como un flechazo. Quería que el disco habitara esa burbuja en zona gris y después inventarme el resto de la historia, que podía terminar bien o mal”. El álbum también está marcado por los artistas que siempre la han seducido. “Me sentía muy conectada a artistas que me seducen de una forma particular: Harry Nilsson, Margo Guryan, Blossom Dearie, Peggy Lee y hasta Suzanne Vega. Tienen algo increíblemente misterioso y canciones maravillosas, pero no se toman demasiado en serio. Hay una parte de sensualidad en sus voces, pero es muy sutil. Es fascinante y te hace querer conocer mejor a esa persona. También Smiley Smile de los Beach Boys, un disco que me encanta. Es superdivertido y refrescante que bandas con una discografía imponente y algunos de los mejores compositores del mundo hagan algo tan absurdo y sea una genialidad”. Este era el álbum que necesitaba grabar después del “muy serio” Sling. “Llevaba tiempo coqueteando con la idea de hacer un disco así, sobre todo porque Sling era muy serio y estaba muy centrado en la vida doméstica y en bajar las revoluciones. También descubrí lo importante que era para mí explorar mi sensualidad y escribir sobre ella, incluso si las canciones no son particularmente sensuales. Nunca había escrito de esa forma, o puede que nunca me hubiese parecido una parte tan importante de mi vida. No conecté con esa parte hasta que me di cuenta de que era esencial para ser una persona completa. Es algo de lo que todo el mundo debería hablar. Ha sido muy divertido y liberador. Creo que lo único que quería era pasarlo bien escribiendo un disco que reflejase mi momento actual”. Necesitaba tiempo para hacer el camino. “Han pasado casi tres años desde Sling, que es muchísimo tiempo para pensar en lo que vas a hacer. Ahora te diría que podría haber tardado más, pero nunca me había tomado tanto tiempo. Estaba quemada del todo. No me quedaba nada por dar y por fin siento que estoy recuperándome con música de la que estoy superorgullosa y viene de una perspectiva totalmente nueva. Siento que me estoy acercando a la persona que quiero ser y los discos que quiero hacer, a encontrar una forma de funcionar el resto de mi carrera que no me haga sentir que estoy perdiendo la cabeza”. Se permitió ser más oscura. “Normalmente, no me detengo mucho en las cosas oscuras, aunque quizás lo hiciera en mis primeras canciones, cuando estaba en el instituto y subía canciones a internet. Creo que había un par bastante oscuras. Ha pasado mucho tiempo, pero escucho cosas así continuamente”. Charm refleja su presente, pero también conecta con sus primeras canciones. “Algo realmente interesante de este disco es que volví a la música que había subido a SoundCloud y a muchas de las canciones de mi primer álbum y de Sling. Imagino que quería volver la vista a todo lo que había hecho para encontrar el hilo conductor, lo que hacía que sonase a mí, y me costó encontrarlo. La mayor parte venía del principio, de las cosas que hacía sola cuando estaba en el instituto. Es curioso, porque nunca pensé que fuese a regresar a esa época tan en serio, pero cerrar el círculo que abrí entonces ha sido una de las claves del disco”. Le encanta que esta vez sus padres no lo pillen. “Esta ha sido la primera vez que lo que hago no le gusta a mi madre nada más escucharlo. Me pareció precioso que por fin ocurriera. Maravilloso. No lo pilló y pensé ‘genial, por fin estoy haciendo algo diferente’. Es algo que suena a mí. Cuando se lo pongo a mis amigos, todos me dicen que soy yo totalmente. Mis padres están más en plan ‘no sé si lo pillamos, Claire’. Y así debería ser. Puede que mi música nunca les hubiera parecido lo bastante rebelde”. Grabar el álbum en directo fue una experiencia liberadora. “Las interpretaciones están en primer plano porque grabamos el disco en directo de principio a fin. A partir de lo que yo llevaba al estudio o de lo que habíamos hablado, cada músico tenía libertad con sus partes. Y eso es genial. Fue increíble ver a la banda dar vida a mis canciones o ver lo que se les ocurría. También me hizo sentirme mucho más cómoda, más suelta, y me permitió pensar solo en divertirme, en escribir las letras en un momento y ver qué salía de ahí. En algunas canciones, me quedé con la toma de voz que había grabado con todo el mundo sentado en el sofá a mi alrededor porque era la más emotiva. Quizás no fuese la mejor técnicamente hablando, pero sí la que de verdad importaba y la que te hacía sentir que estabas ahí mismo”.

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